Afinar la mirada, recrear el paisaje
Lo no visible está completamente entrelazado con lo visible,… la realidad está construida por presencias y ausencias, por elementos que se manifiestan y otros que se esconden, pero que siguen estando ahí”.
Joan Nogué i Font
Ante cualquier paisaje nos detenemos a mirar, contemplar, pero no siempre a observar, buscar, indagar y descubrir lo que nos muestra y lo que se resiste a nuestra mirada: universos ocultos, vidas ignoradas, elementos que están, que permanecen, pero no percibimos… pues con frecuencia sólo vemos la parte que deseamos ver.
Para mí, mirar y apreciar el paisaje conlleva un intento por descubrir e interpretar la geografía que nos rodea, el marco en el que nos desenvolvemos, el escenario que nos muestra y los elementos que lo componen, la conexión y entramado que existe entre ellos, su contexto, su evolución a través del tiempo… las circunstancias que le han dado forma, en definitiva, interpretar la imagen que vemos.
Contemplamos el entorno para deleitar la vista mientras lo miramos en un esfuerzo de reconocerlo, representarlo, y, al mismo tiempo, idealizarlo con el propósito de ampliar los propios límites de la representación paisajística, con la intención de identificar y compartir el ambiente que percibimos y hacer partícipes a los demás.
Atrapamos paisajes cercanos indagando, y encontrando, la belleza, presente en la creación natural y en la humana. Intentamos registrar lugares y elementos fascinantes. Y este encanto también lo tenemos delante de nosotros. La belleza no sólo se halla en lo exótico y enigmático o en lugares envueltos en el misterio y consagrados por el “genio del lugar”, hay muchos lugares inspiradores que están por descubrir y que no están necesariamente lejos, a veces muy cerca.
Sólo necesitamos atender, agudizar la vista, enfocar nuestra mirada y regresar a descubrir lo que en una primera visita se nos mostró invisible, o no descubrimos, o no estábamos preparados para ver porque como dice Luís Landero…
“Cada cual es Ulises en busca de sí mismo. Solo que Ítaca no está lejos. No, ya estamos en Ítaca: solo nos queda conquistar ese reino que se extiende a nuestro alrededor”
Y evocando a Kavafis:
“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias…”
Mirar a nuestro alrededor puede ser también una aventura llena de experiencias por descubrir. Y, en el caso del fotógrafo, también por qué no, compartir.